La Estrella de David es un potente símbolo de la identidad judía, y como hexagrama representa la interacción de lo Divino con lo terreno. Tiene fuertes vínculos con la Kábala y algunas veces se le llama el Sello de Salomón, o la Estrella de la Creación.
Su forma tradicional se le otorga en Exodus 25:31-37 y sus siete brazos y sus tres uniones centrales representan los diez Sefirotes del Arbol de la Vida.